martes, 10 de enero de 2017

¿QUÉ FALLA EN LOS PAÍSES MÁS POBRES DEL MUNDO?

Todos los países han sido en su día pobres, pero la mayoría han logrado levantar cabeza, ¿Por qué hay otros que no? ¿Qué falla en los países más pobres del mundo? Esta es la idea de la que parte Paul Collier en su libro El club de la miseria, título original The Bottom Billion, publicado en marzo de 2008. 

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Paul Collier dirige el Centro de Estudios de Economías Africanas en la universidad de Oxford. Anes fue directivo del Banco Mundial y asesor del gobierno británico. Como investigador ha dirigido trabajos sobre las causas y prevención de las guerras civiles y sobre la democracia en los países pobres. Tras el resonante éxito del primer libro, ha publicado Guerra en el club de la miseria.

Para explicar la situación de estos países, Collier estudia los problemas políticos y económicos de los países más pobres, que son 50 estados fallidos, la mayoría situados en África, que están estancados o en declive. En su libro, identifica las cuatro trampas que atrapan a esos países en la pobreza, luego explica las dificultades de estos países para incorporarse al desarrollo, debidas al estado que atraviesa actualmente el proceso de globalización, también se plantean los instrumentos necesarios para acabar con dichas trampas y por último se establece un posible plan de acción, basado en una mezcla de ayuda directa y apoyo externo para el cambio interno, para erradicar dicho problema.
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El autor nos propone un cambio de perspectiva en nuestra consideración de la pobreza mundial, y responde a la cuestión de: ¿Qué pueden hacer los países ricos para ayudar a erradicar la pobreza? Según Collier, La opinión pública de los países ricos, debe presionar a sus gobernantes para que se comprometan de verdad con el objetivo, es decir, cuando los ciudadanos aporten masa crítica, los políticos prestarán atención. 


Por lo que El club de la miseria es un esfuerzo por construir esa masa crítica, un llamamiento a la acción no solo de los gobiernos sino del ciudadano de a pie, el poder para que estos cambios se produzcan están en manos de G-8 (más información en el diccionario económico expansión)


Para afrontar este “reto” Paul Collier nos propone hacer una combinación de corazón y cabeza. El corazón a través de la compasión, ya que el hecho de que haya personas que viven en las condiciones antes mencionadas, es una tragedia humana, y como tal sentimos la moralidad de ayudarlas. Y la cabeza por el interés propio inteligente, ya que si esta situación de divergencia perdura 40 años más las futuras generaciones se verán sometidas a un auténtico caos. Por tanto, necesitamos compasión para comenzar y el interés propio inteligente para ponernos serios, esta es la combinación que cambiará el mundo. Pero, ¿Qué significa ponerse serios? En primer lugar es necesario que tanto la derecha como la izquierda cambien de actitud. 

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La izquierda tiene que alejarse de esa mentalidad y dejar de pensar que los países del club de la miseria están ahí para utilizarlos de cobayas como experimentos, lo que necesitan estos países es que los ayudemos para que puedan desarrollarse. Además tiene que darse cuenta de que la ayuda financiera no se puede destinar únicamente a las prioridades sociales, hay que usarla para contribuir a que los países se incorporen a los mercados de exportación. El libro que está a la cabecera de la izquierda es El fin de la pobreza por Jeffrey Sachs, del que Collier opina que da demasiada importancia a la ayuda, y no se da cuenta de que la ayuda, por sí sola, no va a solucionar los problemas del club de la miseria, y hace falta tomar unas medidas más amplia. Es decir, La izquierda tendrá que darse cuenta de que los métodos que tradicionalmente ha rechazado, como la intervención militar, el comercio y la estimulación del crecimiento, son herramientas fundamentales para alcanzar los objetivos que siempre ha perseguido. 

La derecha también tiene que cambiar, tiene que dejar de pensar que la ayuda agrava el problema. En la actualidad el libro de cabecera de la derecha es La carga del hombre blanco de William Easterly, tampoco Collier se muestra plenamente de acuerdo con este autor, ya que para él, Easterly exagera las desventajas de la ayuda y niega la posibilidad de otras medidas, por lo que la derecha deberá entender que el problema de los países más míseros no se corrige sólo con el crecimiento global, como pasa con la pobreza en términos globales, y que si este problema se desatiende ahora, nuestros hijos vivirán en un mundo de seguridad infernal. 

Como he mencionado al principio del post, con El club de la miseria Paul Collier pretende provocar en los lectores un cambio de perspectiva en nuestra visión de la pobreza creando esa masa crítica. Para ello, intenta convencernos de tres ideas: 

La primera, que el problema al que nos enfrentamos actualmente no es a los cinco mil millones de hace cuarenta años, si no que son mi millones, por lo que a la hora de abordar el problema debemos de cambiar los métodos empleados. 

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La segunda, que en el interior de las sociedades del club de la miseria se libra una intensa batalla entre los individuos valientes que intentan cambiar la situación y los poderosos grupos que se les oponen, es decir, debemos de borrar la imagen de país reposado e insignificante y verlos como una batalla de grupos moralmente opuestos. 

Por tanto, la lucha por el futuro del club de la miseria no es un enfrentamiento entre un mundo rico, pero malvado, y un mundo pobre, pero noble. Es la batalla que tiene lugar dentro de las sociedades del club de la miseria. 

Y por último, la tercera es que no tenemos que ser meros espectadores, nuestro apoyo a las fuerzas del cambio puede ser decisivo. Aunque para esto no es suficiente sólo con adoptar un enfoque más inteligente en relación a la ayuda, si no que tenemos que utilizar nuevos instrumentos (políticas comerciales, estrategias de seguridad, cambios en nuestras leyes y nuevas normativas internacionales) para conseguir el desarrollo de estos países. 

Esta última idea la desarrolló en una conferencia en 2008(conferencia completa aquí), donde hizo un paralelismo entre la situación actual, y la vivida a finales de los años cuarenta, siendo la región pobre Europa y la rica América, quien dando una vuelta a todas sus políticas consiguió introducir a Europa al desarrollo. Con esto daba cierto optimismo a la situación actual, y finalizaba la conferencia con la siguiente frase: “Si estáis de acuerdo con esta opinión, y si estáis de acuerdo con que necesitamos una masa crítica de ciudadanos informados, os daréis cuenta de que os necesito. Por favor, convertíos en embajadores”.



jueves, 5 de enero de 2017

LAS CONSECUENCIAS DE LA II GUERRA MUNDIAL

Tratado de Versalles (Original aquí)
En primer lugar, creo que antes de hablar de las consecuencias es necesario saber los principales motivos por los que fue causada. Y es que, no existe una sola causa o razón para que se produjeran las condiciones políticas, económicas y sociales que desencadenaron en la II Guerra Mundial, sino una combinación de todas ellas. Aunque si es cierto que el inicio se encuentra en el Tratado de Versalles, y la incapacidad de Gran Bretaña, potencia dominante en ese momento, para establecer un nuevo orden. Es decir, podríamos afirmar que los antecedentes de esta guerra fue la situación tras la I Guerra Mundial.

Recordemos que el Tratado de Versalles (1919) determinaba que Alemania aceptaría todas las responsabilidades por causar la guerra, y esto significaba: el pago de indemnizaciones por parte de Alemania a los aliados en La Triple Entente, la reducción del ejercito alemán a la cantidad de 100.000 hombres, y de la flota a buques menores a las 10.000 toneladas. Sin embargo, la mayor consecuencia para Alemania fue la humillación de la población y la gran Recesión (aumento del desempleo, caída del nivel de vida de la clase media, reivindicaciones...), esto contribuyó a la caída de la República de Weimar en el año 1933 y la ascensión del Nazismo con Adolf Hitler como líder del III Reich alemán.

Una vez vistas las causas, fijémonos en las consecuencias del la guerra, considerada por muchos historiadores, más sanguinaria, que acabó con la vida de 50 millones de personas, lo que supuso un descenso de la población de casi cuatro veces mayor que la Primera Guerra. Las muertes no sólo fueron causadas por los obvios efectos de la guerra, si no que estuvieron agravadas porque algunos países (Japón y la URSS) no respetaron la Convención de Ginebra de 1864 sobre prisioneros de guerra, y por las políticas racistas de exterminio sistemático llevadas a cabo por el III Reich. A esto hay que añadirle las muertes de millones de heridos y desaparecidos, así como las víctimas de desnutrición y enfermedades como la tuberculosis y el raquitismo. Por lo que estas muertes tuvieron consecuencias a largo plazo, ya que supondrían un desequilibrio y un descenso de la población activa de estos países.

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Además, Alemania como vencida en la guerra tuvo que aceptar la rendición incondicional y los aliados dividieron su territorio en cuatro zonas de ocupación:norteamericana, inglesa, francesa y soviética (ver reparto de Alemania en el artículo de El Mundo). Pero no fueron los únicos cambios territoriales, Austria y Checoslovaquia consiguieron de nuevo, la autonomía. Alemania perdió Prusia Oriental entre otras zonas. Y los aliados de Alemania firmaron tratados con los vencedores como por ejemplo Italia perdió su imperio colonial, Japón perdió sus conquistas y china y la URSS recuperaron territorios como fueron Formosa y Salajín, respectivamente.

Por otro lado, hubo muchos cambios políticos con el nacimiento de una bipolaridad del poder con dos potencias principales la URSS y EEUU. Algunas monarquías cedieron paso a regímenes republicanos como Italia, Yugoslavia, Albania, Rumanía. El mundo comunista se extendió su influencia sobre Europa oriental y los Balcanes y está ideología comunista chocó con las democracias occidentales, además nació la "era nuclear" que provocó que se impusiera de nuevo el terror.

Con el objetivo de mantener la paz y la seguridad internacional, fomentar las relaciones y la solidaridad entre naciones y promover la cooperación, se redactó la carta de la Organización de las Naciones Unidas, en San Francisco, donde estuvieron presentes los representantes de 50 naciones, reemplazando así la Sociedad de Naciones surgida tras la I Guerra Mundial.


Por si fuera poco, la Guerra Fría supuso de nuevo una tensión entre potencias. La derrota del totalitarismo nazi-fascista no garantizó las buenas relaciones entre potencias vencedoras. Los enfrentamientos ideológicos mantenidos latentes entre los "tres grandes" durante la guerra, afloraron apenas terminó. En 1947 se inicia la guerra fría, expresión usada para definir la tensión entre los bloques opositores: URSS, denominada como “democracias populares” frente a las democracias occidentales. Iniciaron una carrera armamentística que llegó al borde de la "guerra caliente" mediante un espionaje constante.

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Gracias al Bloqueo de Berlín se puso un punto y aparte en la guerra fría, tuvo lugar en la ciudad de Berlín  dentro de la zona soviética ocupada por norteamericanos, franceses y británicos. Esta ocupación se agrupó en dos sectores. Rusia impuso un bloqueo comercial a la Berlín Occidental, por ello, los demás países decidieron un puente aéreo que abasteció a la ciudad y evitó el bloqueo. Finalmente el 12 de mayo de 1949 se dió por terminado el bloqueo. Esto se debe, en gran medida, a la Doctrina de Truman, que tras la  muerte del presidente de Estados Unidos Roosevelt, quien mantuvo una política de concesiones frente a la URSS, las relaciones ruso-norteamericana cambiaron. Truman replanteó la economía y política de estados unidos, teniendo en cuenta los exitosos avances soviéticos en Europa Oriental y Central y algunas regiones de Asia, reforzando una política de contención de la influencia soviética.

Pero aquí no acaba las situaciones dramáticas para el mundo, la guerra fría se prolongo hasta 1971,y el muro de Berlín no cayó hasta 1989, y así han ido ocurriendo uno tras otra desgracia para a humanidad.